miércoles, 16 de octubre de 2013

Cuando el tamaño no importa

Y es que a veces el tamaño de las capturas de un pescador a mosca, no es lo que más puede llenar una jornada de pesca, tampoco la cantidad de peces que somos capaces de sacar del agua, con solo un lance podemos disfrutar tanto...

No voy a descubrir nada proclamando que pescar basses, a mosca, y en superficie puede que sea una de las modalidades que más satisfacciones nos pueden reportar. Personalmente no he pescado muchas especies a mosca ya se que cada una tiene su encanto, las carreras de un barbo, la fuerza de una buena carpa, el ataque de un lucio... pero los black bass tienen algo que los hace especiales.

Una piedra que sobresale en medio de una gran récula, un lanzamiento de quince o veinte metros, un popper que cae donde tiene que caer, un par de tirones de línea, un par de chapoteos que llaman la atención de un bass, éste lo persigue, se tira a por él sin conseguir agarrarlo, un segundo intento saliendo casi del agua sin tener suerte, y un tercer ataque en el que logra hacerse con él, los típicos saltos del bass hasta que lo llevo a mi mano, foto y al agua.


Cogí otros incluso algo mayores esta tarde, pero este lance me ha hecho recordar porque pesco a mosca.


2 comentarios:

  1. Buena reflexión. Hay veces que un pez o el lance de su captura bien justifica la jornada. Yo los basses todavía no los he probado, pero no descarto intentarlo. Un saludo y enhorabuena por la experiencia.

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    1. Pues no dejes de probarlo Jorge, pescarlos en superficie es una maravilla.

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