He podido usar una técnica de pesca que me ha dado bastante buen resultado pescando carpas y barbos, y no es otra que en lugar de usar ninfas con bolas doradas o lastre para arrastrar por el fondo, usar moscas que se sumerjan muy levemente, que casi floten y tengamos que hundirlas dando unos tironcitos de la linea.
Esta técnica la he puesto en marcha en algunas ocasiones debido a la desconfianza que creaba el lanzar una mosca pesada cerca de nuestra presa, en cuanto sentian el más leve chapoteo en la superficie del agua se largaban inmediatamente. Lanzar una mosca que se hunde muy suavemente delante de una carpa que come en el fondo a medio metro de la orilla les resulta más sugerente y más visible (tratandose de las carpas algo importante) que una ninfa, además es mucho más facil detectar la picada de esta manera, ya que podemos seguir la trayectoria hacia el fondo que lleva nuestra imitación, y el pez levanta la boca del fondo para tomar la mosca.
Otro de los problemas que resolveremos empleando moscas ahogadas será cuando el pez se encuentra a medias aguas, o sea que no está ni comiendo en el fondo ni en la superficie, sino que se encuentra deambulando en aguas abiertas sin mostrar signos evidentes de que se esté alimentando, una mosca que cae un metro por delante de una carpa o barbo y que se hunde delicadamente casi siempre desencadenara una picada, la caida es mucho más natural que con una ninfa y con mosca seca hay veces que el pez pasa por debajo de esta sin prestar atención. Como todos sabemos los ciprinidos no son demasiado exigentes a la hora de tomar una u otra mosca, casi siempre es la presentación que hacemos la que hace que unas veces la tomen y otras no.
Una mosca ahogada atractora para una carpa o un barbo es mucho más efectiva que un elaborado montaje de mosca de mayo o una enrevesada ninfa. La tradicional mosca ahogada fue en su día la primera en hacer aparición en la historia de la pesca a mosca, pero sin embargo ha dejado de usarse limitando nuestros montajes a ninfas y secas.
El otro día puede leer un artículo en el que se hablaba de las “wet flies”, o ahogadas tambien llamadas en algunas zonas de Sudamérica “moscas buceadoras”. En éste se hablaba de algunos especimenes de insectos acuáticos (algunas especies de mayflies y caddis) que tras completar su ciclo de metamorfosis (larva, pupa, emergente y adulto) regresaban al agua para depositar sus huevos en el lecho del río, mejor dicho se sumergen en él hasta llegar al fondo donde se aseguran de depositar sus huevos pegandolos a las piedras en lugar de hacerlo en la supeficie del agua como yo creía. Las moscas ahogadas tienen su origen hace cientos de años en Inglaterra y en España. Su característica esencial es un diseño orientado a representar insectos adultos (alados), bajo el agua. De ahí el nombre en España: Moscas Ahogadas. Dejaron de usarse a medida que las truchas se volvían más selectivas y desconfiadas, pero eso a nosotros, pescadores de ciprinidos no nos afecta.
El patron a seguir en estas moscas es muy simple basta con hacer moscas que no sean pesadas, podemos incluso hacer ninfas con dubbing algo suelto, con colas, las Soft Hackle que no son mas que moscas con un hackle fino con pocas vueltas y unos grados tendidos hacia la curva del anzuelo para que no floten enla superficie pero tampoco se hundan violentamente.
Concluyendo creo que a veces los pescadores a mosca nos esmeramos excesivamente en elaborados montajes sin prestar atención a un detalle aun más importante que es como se mostrará esta mosca en el agua, la presentación de ésta es más importante que si se parece o no a la imitación que queremos lograr imitar y aun mas tratandose de la pesca de ciprinidos que no son nada selectivos y sí oportunistas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario